Evangelio según Juan (10,11-18)
En aquel tiempo, dijo Jesús:
11 –Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; 12 el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; 13 y es que a un asalariado no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, 15 igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. 16 Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. 17 Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. 18 Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.
Pauta para hacer Estudio de Evangelio, personal o compartido
1
Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2
Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3
Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4
Ahora anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...
La fe que hemos renovado en la vigilia pascual, ¿me ha llevado a renovar, efectivamente, los compromisos que derivan de ella: dar la vida por los demás, conocer–amar a Dios y a los demás, trabajar por la “reunión de los hijos de Dios dispersos”...?
5
Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...
¿A quien he visto que da la vida por los demás, a la manera de Jesús?
6
Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7
Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas por si hacen falta
Notas para situar el texto en el conjunto de la Biblia
- El evangelista Juan pone muchas veces en boca de Jesús el yo soy: yo soy el pan de vida (Jn 6,35), yo soy la luz del mundo (Jn 8,12), yo soy la puerta (Jn 10,7), yo soy el pastor (Jn 10,11), yo soy la resurrección y la vida (Jn 11,25), yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6), yo soy la vid (Jn 15,1)... Esta expresión evoca la experiencia del Éxodo (Ex 3,1-22): Dios se da a conocer a su pueblo con la acción liberadora, generando el paso de la esclavitud a la libertad; el nombre, yo soy el que soy (Ex 3,14) quiere expresar esta identidad del Dios que actúa liberando.
- El evangelista, por lo tanto, identifica a Jesús con el Dios de la liberación. De este modo, la imagen del “pastor” (11.14) que encontramos en este pasaje, precedida del “yo soy”, tiene que entenderse, en primer lugar, desde esta clave: un “pastor” que libera.
- La imagen del “pastor” ya había sido utilizada muchas veces en la Biblia (Is 40,11; Ez 34,15; 37,24; Sl 23,1; Sir 18,13; Hb 13,20; Ap 7,17; Mc 10,45). El “pastor” es el que cuida de las ovejas y las conduce a praderas en las que puedan comer y tengan vida.
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
- En este pasaje, a “pastor” se le añade el calificativo de “bueno” (11.14). Lo cual no tiene que llevarnos a lo que sugieren determinadas esculturas o pinturas –incluso cierta literatura piadosa–, de un Jesús blando y pasivo, que se resigna y hace que nos resignemos ante la “maldad” de los demás. No tiene nada que ver. Jesús es el “pastor bueno”, es decir, el de verdad, el auténtico. Se expresa, entonces, la cualidad de este pastor, del mismo modo que se decía que el vino era “el bueno” (Jn 2,10), o que se dirá de las obras (Jn 10,32), o que la parábola de los sinópticos lo dice de la tierra (Mt 13,8). Más que el buen pastor, Jesús es el pastor bueno.
- Como habían hecho los profetas (Jr 23,3ss; Ez 34,10ss), esta cualidad de Jesús como pastor bueno es puesta en contraste con el que no es bueno: “el asalariado” (12), el mercenario. Con este contraste se pone de relieve lo que se está diciendo sobre Jesús y su misión: viene a “dar la vida” (11) sin pedir nada a cambio, de forma totalmente gratuita. Es lo que celebramos en la Pascua.
- Que “da la vida” (11.15.17.18) significa que se arriesga para defender a sus ovejas (12-13). Es decir, Jesús se compromete con nosotros, se acerca a quienes están en los márgenes, a los enfermos, a los pobres... come con los pecadores y los incorpora a su grupo... Se compromete.
- Jesús “da la vida” en la medida en que Él es “la vida” (Jn 14,6; 1,4; 11,25). La fe en Él –que hemos renovado en la Pascua– nos conduce a participar de esta vida (Jn 20,31; 3,15). La consecuencia: los creyentes en Él daremos la vida por los demás (Jn 15,13; 1Jn 3,16).
- “Conocer” (15.16) es una palabra que en la Biblia, y en Jn especialmente, está estrechamente relacionada con “amar”. Jesús está hablando del amor entre Él y nosotros (14), un amor que viene del amor que hay entre el Padre y el Hijo (15).
- La unión entre todos los hijos de Dios que estaban dispersos (Jn 11,52), toda la humanidad, que incluye “otras ovejas” (16), no sólo los judíos, será una realidad gracias a Jesús y a su muerte generosa.
- “Entregar la vida para recuperarla” (17-18): es la Pascua, la muerte y resurrección de Jesucristo.