Propuesta de Josep Maria Romaguera
Retomamos el seguimiento de Jesús en la vida cotidiana, en la vida sencilla y discreta, con la convicción de que Él está ahí. La Nueva Alianza lo ha comprometido para siempre. ¡Démosle respuesta!
¡Que vaya bien!
Evangelio según Juan (2,1-11)
En aquel tiempo, 1 había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. 2 Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. 3 Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
–No tienen vino.
4 Jesús le contestó:
–Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora.
5 Su madre dijo a los sirvientes:
–Haced lo que él diga.
6 Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
7 Jesús les dijo:
–Llenad las tinajas de agua.
Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les mandó:
–Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.
Ellos se lo llevaron. 9 El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio 10 y le dijo:
–Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.
11 Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
Pauta para hacer Estudio de Evangelio, personal o compartido
1
Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2
Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3
Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4
Ahora anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...
El sentido preciso que tiene el verbo “creer” en el evangelio de Juan: acoger a Jesús, su palabra y su vivir, ¿coincide con la idea que solemos tener? ¿Por dónde pasa mi experiencia de “creer” en Jesús?
5
Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...
¿Qué experiencias he tenido de novedad que viene de Dios? ¿Y qué motivos de fiesta me han dado?
6
Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7
Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas por si hacen falta
Notas sobre este domingo
– Entramos en el llamado ‘tiempo ordinario’. Este año lo tenemos marcado por el evangelista Lucas (ciclo C, que ya comenzamos con el tiempo de Adviento).
– El segundo domingo, sin embargo, todavía tiene ecos del tiempo de Navidad-Epifanía que acabamos de dejar. Por eso el evangelio no está todavía en la dinámica de la lectura continuada de Lc y encontramos un texto de Juan. Es un domingo que forma ‘tríptico’ con la Epifanía y el Bautismo del Señor. Entre las tres fiestas se nos propone contemplar a Jesucristo, el Hijo de Dios, que se manifiesta a toda la humanidad. Lo hace en la carne humana. Lo hace participando plenamente de la vida del pueblo, como uno más.
– Pero Jesús no es uno más. Es quien ofrece el verdadero rostro de la humanidad. Contemplándolo, amándolo y siguiéndolo viviremos la vida humana en plenitud. Y lo podremos regalar a quienes no lo conocen.
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
- La boda (1) simboliza la alianza entre Dios y su pueblo, entre Dios y los más pobres. Dios, enviando a Jesús, ha cumplido esta alianza.
- Jesús “invitado” (2) a la boda es Dios mismo que participa de la realidad humana – la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros... (Jn 1,14)–. El pueblo, finalmente, se ha abierto a Dios y, por eso, festeja: a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre (Jn 1,12).
- La “mujer” (4), “la madre de Jesús” (3), representa a Israel, el pueblo del cual nace el Mesías. En María vemos una cara de este pueblo: un pueblo atento a la intervención de Dios en la vida, en los acontecimientos, en las necesidades. La “mujer” asume esta representatividad del pueblo.
- El “no tienen vino” (3) que la madre de Jesús le dice, expresa una necesidad que tiene Israel: la necesidad de que Dios actúe de un modo nuevo. O, mejor, necesidad de descubrir la novedad con la que Dios actúa continuamente (Jn 5,17). Necesidad de hacer nueva alianza.
- La respuesta de Jesús, “¿qué tengo yo que ver contigo?” (4), da más fuerza a esta necesidad. Es una expresión bíblica para decir que alguien tiene una visión muy diferente de un problema o situación. Podemos decir que Jesús irrumpe donde se está celebrando la Antigua Alianza e invita a hacer una Nueva y a celebrarla.
- En esta respuesta de Jesús destaca la cuestión de la “hora” (4). Todo el evangelio de Juan se mueve entre la hora de Jesús que todavía tiene que llegar (Jn 7,30; 8,20) y la llegada de esta hora, mostrando a Jesús como si ya hubiese sido glorificado (Jn 12,23; 13,1; 17,1). Por otra parte, los lectores del evangelio, nosotros, son las personas para las cuales la hora ya está aquí (Jn 4,23; 5,25; 16,2.32).
- El vino en qué se ha convertido el agua (9) es signo del Nuevo Testamento (Nueva Alianza) que no ha substituido al Antiguo sino que lo ha renovado. Por la presencia (2) y la palabra de Jesús (7-8), la Antigua Alianza –el agua de las “purificaciones” (6)– se convierte en la Nueva Alianza –el vino mejor (10)–. La novedad es el encuentro con Cristo, el encuentro con Dios en la vida. Una novedad que posibilita dar el sí a la Alianza –“boda”– que él ofrece.
- La Nueva Alianza es con todos los pueblos. Se cumplen las profecías. Todos los hombres y mujeres son invitados a participar plenamente de la vida de Dios. Hará el Señor a todos los pueblos en este monte un convite de manjares frescos, convite de buenos vinos: platos sustanciosos, vinos depurados (Is 25,6).
- “Así manifestó su gloria” (11): Jesús viene para manifestar su gloria, es decir, para revelar, en su carne humana, quien es Dios. Una manifestación que espera ser acogida (Jn 1,10-12).
- Acogerlo es “creer en él” (11). “Creer” aparece casi cien veces en el evangelio de Jn. Y tiene un sentido bien preciso: acoger a Jesús, su palabra, su modo de vivir (Jn 1,12; 8,31-32.37; 10,10). No es una cuestión intelectual sino de experiencia, es como creen los pobres (Jn 9,1-41).
- La fe de los “discípulos” (11), que nace de esta boda, da valor a la fiesta eclesial, a la Iglesia reunida, para nacer y crecer en la fe (=para acoger y amar a Jesús).