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DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO- CICLO A - 2023

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Pautas para un estudio y reflexión del Evangelio. Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona

 

En la comunidad de los discípulos de Jesús la responsabilidad es un servicio, no tiene sentido alguno el uso de títulos honoríficos ni buscar el poder.....

Pauta para el Estudio de Evangelio personal o compartido en grupo

1.- Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2.- Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3.- Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4.- Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho... Este estilo que Jesús propone para vivir las responsabilidades, ¿Cómo ilumina las que se me han encomendado?
5.- Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor... ¿Qué testimonios de servicio humilde he tenido delante?
6.- Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7.- Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
 
 Notas para seguir el hilo del Evangelio
 
 Los capítulos 23-25 de Mateo forman el último gran discurso de Jesús en este evangelio. La primera parte (Mt 23,1-36), de la cual hoy leemos el comienzo (1-12), es una recopilación de palabras de Jesús, a las cuales el evangelista ha dado una carga polémica contra el judaísmo controlado por los fariseos. Tengamos en cuenta que, cuando se escribe este texto, Jerusalén ha sido destruida (año 70 d.C.) y “los fariseos” (2) se han convertido en los dirigentes del judaísmo y se han posicionado netamente contra el Evangelio de Jesucristo.
 
 Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
 
* La expresión “cátedra de Moisés” (2) es una manera de designar la autoridad que tenían “los letrados” como intérpretes oficiales de la Ley de Moisés –la mayoría eran del grupo de los fariseos–. Aquí parece que Jesús acepta lo que representan estos “letrados” y sus enseñanzas (3). Y critica duramente –“no hacen lo que dicen” (3)– que, para satisfacer su vanidad personal (3-7), se aprovechan de aquello que el pueblo les reconoce. Y es que a los letrados la gente les daba el nombre de «rabí» o «rabuni» (7), título que, literalmente, significa ‘mi señor’ y era equivalente a ‘maestro’. A veces Jesús mismo recibió este nombre de parte de los discípulos o de la gente (Mt 26,25; Mc 9,5; 10,51; Jn 1,38; 20,16).