DOMINGO XXXIV TIEMPO ORDINARIO (FIESTA DE CRISTO REY) -CICLO B- 2024

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Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona

Jesús ejerce su "reinado" en su pobreza, en su pequeñez al lado de los pobres, en su debilidad ante el poder del Imperio. El reinado lo ejerce con las manos atadas y coronado de espinas.

 

Pauta para el Estudio de Evangelio personal o compartido en grupo

1. Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2. Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3. Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4. Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho... Me pongo en el papel de Pilato y le pregunto a Jesús: ¿Qué has hecho? Dedico un rato a contemplar algunas de las acciones de Jesús recogidas en los evangelios.
5. Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor... ¿Qué testimonios he tenido de personas que de veras están tocadas–marcadas por Jesucristo, para quienes Jesús es la referencia permanente para sus vidas?
6. Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7. Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
 
Notas por si hacen falta
Notas sobre el significado de este domingo
 
  • El último domingo del año litúrgico quiere tener un tono especial poniendo en el centro de atención al “reino” de Jesús: Él ofrece el Reino de Dios y se ofrece a si mismo como referencia, como aquel a quien se puede seguir para formar parte de este Reino.
  • El año litúrgico comienza con el primer domingo de Adviento y termina con el domingo llamado de “Jesucristo, Rey del Universo”. Por lo tanto, el próximo domingo comenzaremos un nuevo año litúrgico.
 
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
 
  • En el evangelio de san Juan es Jesús quien dice de si mismo que es “rey” (37). Y habla de “mi reino” (36). En los otros tres evangelios, en cambio, Él habla del Reino de Dios y cuando en el relato de la Pasión aparece la palabra “rey”, son otros quienes la dicen hablando de Jesús.
  • Pero hay que tener en cuenta que el mismo Juan pone en boca de Pilato, refiriéndose a Jesús: he aquí al hombre (Jn 19,5). Es decir: Jesús es el Mesías –esto es lo que se destaca con la palabra “rey”–, y es el hombre –la imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26-28) que cada persona es llamada a ser–.
  • El tema del reino ocupa un lugar fundamental en el relato de la Pasión. Este contexto indica por si mismo que la manera de reinar de Jesús “no es de este mundo” (36). No se trata de un poder de este mundo. Pilato ha podido comprobarlo: cuando lo detuvieron no hubo ninguna resistencia, Jesús no tenía ningún poder policial o militar (36).
  • La palabra “mundo” (36) en el evangelio de Juan señala una oposición compacta y radical contra Jesús (Jn 14,17.19.27; 15,18.19; 16,8.20; 17,9.14.16.25). En este sentido, ni Jesús es del “mundo” (Jn 8,23) ni los discípulos (Jn 17,14.16). Pero el mismo evangelio afirma con fuerza que Dios ama “al mundo” y le envía a su Hijo (Jn 3,16), y también los creyentes serán enviados al “mundo” (Jn 17,18). En cualquier caso, el reino de Jesús no tiene su origen en este “mundo” ni tiene nada que ver con los valores que dominan en él; es por ello que este “rey” no es reconocido: En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció (Jn 1,10).
  • Si llamamos Rey del Universo a Jesús es porque ejerce de “rey”. Y lo hace aquí, en la realidad de este mundo, no en otro mundo: “he venido al mundo” (37). El reinado lo ejerce en su pobreza, en su pequeñez al lado de los pobres, en su debilidad ante el poder del Imperio. El reinado lo ejerce con las manos atadas (Jn 18,12) y coronado de espinas (Jn 19,2.5).
  • Para la comunidad de Juan y para nosotros, los que lo seguimos, ¿qué significa que Jesús reine? Significa que su palabra y los hechos que vivió hasta la pasión y muerte y resurrección y su acción permanente a través del Espíritu Santo, tiene consecuencias en todo lo que nosotros vivimos. Él es nuestro punto de referencia. Pilato intuye que Jesús ha removido alguna cosa y le pregunta: “¿qué has hecho?” (35).
  • La misión de este “rey” tan especial es la de “ser testigo de la verdad” (37). Testigo de lo que ha visto y sigue viendo, porque viene del Padre y está siempre con el Padre. La verdad es Dios mismo, Dios mismo que se ha hecho hombre y que ama a todas y a cada persona: Yo soy ... la verdad ... (Jn 14,6). Por eso, en labios de Jesús “la verdad” no es una teoría: es práctica, es acción, es vida. Como alguien ha dicho: quien no tiene la verdad, la explica; quien la tiene, la practica.
  • Su “voz” (37) la puede “escuchar” todo el mundo. Ofrece a todo el mundo la posibilidad de vivir en el camino del Reino, de vivir de esta verdad que nos hace libres (Jn 8,32). He aquí la misión de todos quienes le seguimos.