Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona
En el camino hacia la Navidad, este domingo nos ofrece la posibilidad de plantearnos que no hay espera–esperanza si no hay acción. Y a la recíproca: no hay acción sin esperanza. La espera es activa. Y el Dios que viene nos pone en acción. Provoca que nos preguntemos: “¿qué hacemos?”.
Pauta para el Estudio de Evangelio personal o compartido en grupo
1. Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2. Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3. Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4. Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho... ¿Qué imagen de Jesús nos muestra Juan con su testimonio y sus palabras?
5. Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor... Miro el contexto social donde vivo, el ambiente en el que me muevo, lo que ocurre en mi entorno inmediato... ¿Hay gente con ganas de cambiar en algo su vida y de transformar la realidad injusta? ¿Cuáles son las ilusiones que tienen? ¿Dónde buscan respuestas a la pregunta “qué hacemos”?... ¿Les apoyo?
6. Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7.Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
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En el camino hacia la Navidad, este domingo nos ofrece la posibilidad de plantearnos que no hay espera–esperanza si no hay acción. Y a la recíproca: no hay acción sin esperanza. La espera es activa. Y el Dios que viene nos pone en acción. Provoca que nos preguntemos: “¿qué hacemos?” (10.12.14).
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“Hacer” o actuar no es, sin embargo, llenar la vida de actividad. El “hacer” por el que piden los interlocutores de Juan es una acción con sentido, que tiene un objetivo, una acción en la que hay otra gente implicada, una acción que transforma y nos transforma.
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El texto de hoy está centrado en una pregunta –“¿qué hacemos?” (10.12.14)– y en las respuestas que da Juan Bautista adaptándose a cada caso y situación. La pregunta es la propia de la persona que se ha dado cuenta de que hay que cambiar, que quiere cambiar su propia vida y que quiere transformar el mundo en el que vive, el medio, su ambiente.
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Esta situación de búsqueda del cambio ha sido provocada por la acción profética de Juan (Lc 3,1-9). Ahora, el mismo Juan da pistas bien concretas para cambiar (11.13.14). Y las da dando el Evangelio (18), sobre todo con el testimonio de vida. Las respuestas, por otro lado, parten de la realidad del entorno: hay gente que no tiene vestido ni comida.
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“Juan exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio” (18) a partir de esta acción profética. El Evangelio es Palabra eficaz (He 4,12) cuando se encarna (Jn 1,14). Es la experiencia que hacemos en los movimientos especializados: “encarnados” en el medio podemos transmitir la fe que vivimos cuando trabajamos para transformar lo que es deshumanizador.
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El tono de Juan es muy imperativo; pero lo que da son pistas, propuestas. Seguir los caminos que muestran los profetas, los caminos que muestra Jesús con su vida i su palabra, sólo se puede hacer en libertad. No se puede hacer por imposición, ni de modo voluntarista, que sería por propia imposición. Ahora bien: la propuesta tiene que ser bien clara, concreta y firme.
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El texto habla del “pueblo”, que “estaba en expectación” (15). También Juan tiene esta actitud: “viene el que ...” (16-17). El pueblo manifiesta la expectación buscando algo de Dios en aquél que ven activo, transformador. Y Juan la manifiesta con su acción y su palabra profética.
Fijémonos en Jesús
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También se nos dicen cosas de Jesús: Juan, para clarificar que él no es el “Mesías” (15), anuncia de él su venida. Dice que el que “viene” es el que “bautizará con Espíritu Santo y fuego” (16). Jesús es quien hace soplar al viento que nos hace distinguir entre el “trigo” y la “paja” (17), entre una manera de vivir que humaniza y otras que no (16-17).
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Es por el don de este “Espíritu Santo” (16) que podremos seguir a Jesús, que podremos compartir vestido, comida (11), que podremos ser honrados y no abusar de los demás (13.14). Es por este don que podremos hacer todo esto, que podremos ser militantes: amaremos como él nos amó (Jn 13,34-35).