DOMINGO DEL BAUTISMO DEL SEÑOR - PRIMER DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO CICLO C -2025

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Josep María Romaguera i Bach. Diócesis de Barcelona

Celebramos este domingo el Bautismo del Señor, domingo con el que termina el ciclo navideño y comienza el tiempo ordinario. San Lucas nos presenta a Jesús. Lo hace refiriéndose al siervo sufriente (del Libro de Isaías), lo sitúa como el Mesías que no vence por el poder sino por la entrega. Al mismo tiempo, lo sitúa desde el principio como el servidor: "Porque, ¿Quién es más importante: el que está a la mesa o el que está sirviendo? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve" (Lc 22,27).
 
 

Pauta para el Estudio de Evangelio personal o compartido en grupo

1. Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer

2. Anoto algunos hechos vividos esta última semana

3. Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo

4. Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho... ¿En qué aspectos de mi vida reconozco la identidad y la misión que Dios me ha dado y que he recibido por el bautismo y la confirmación?

5. Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...¿En qué hechos vividos estos días he podido experimentar que el cielo se ha abierto y Dios está entre nosotros?

6. Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)

7. Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...

 

Notas por si hacen falta
 
Notas sobre la situación de este texto en el conjunto del Evangelio de Lucas
  • Los evangelistas tienen interés en dejar claro quién es Jesús desde el principio de sus escritos.

  • Quien lea o escuche el evangelio de Lucas ya sabrá, desde el principio, que Jesús, que “bautizará con Espíritu Santo y fuego” (16), no es un discípulo de Juan Bautista (16) sino que es el “Hijo” (22) de Dios, “el Mesías” (15), el Siervo de Dios (Is 42,1).

 
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
 
  • Lucas no dice que Jesús reciba el bautismo de Juan; dice que “también se bautizó” en un “bautismo general” (21). En el fragmento que la liturgia omite (vv. 17-20) vemos que, de hecho, antes del bautismo de Jesús, Juan ha sido encarcelado (Lc 3,20).

  • La situación de Juan en relación “al Mesías” (15) que “viene” (16) se expresa con la imagen de “desatarle la correa de sus sandalias” (16), una de las tareas que tenían que hacer los esclavos cuando su amo regresaba a casa. Juan, en relación a Jesús, “no es digno” ni de hacer esto que hacen los esclavos.

  • Por otro lado, Jesús es el esclavo de todos, es el que sirve (Lc 22,27). No está sometido a Juan en nada. Pero se pone por debajo de todos.

  • Con Jesús comienza algo nuevo. Con Juan Bautista concluye la Antigua Alianza y con Jesús comienza la Nueva y definitiva Alianza de Dios con su Pueblo, que consiste en que el Hijo de Dios vive la vida de su pueblo, totalmente inmerso: “en un bautismo general, Jesús también” (21).

  • Se abrió el cielo” (21): Dios entra en la historia humana. Es lo que pedía la liturgia de Adviento cuando con el profeta decíamos: ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases! (Is 63,19). Es lo que celebra la liturgia de Navidad: El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1,14). Desde ahora ya no habrá separación entre el cielo y la tierra, entre Dios y la humanidad... tampoco entre nosotros, por lo tanto.

  • Bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma” (22): con esta imagen Lc pretende expresar no una apariencia, no una cosa que alguien estuviese viendo, sino la forma de bajar, como una “paloma” (22). Recuerda muchas otras páginas de la Biblia:

  • Bajar para reposar: Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh (Is 11,2).

  • Recuerda el primer relato de la Creación, cuando dice que el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas (Gn 1,2) y que Dios dijo: Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra (Gn 1,26).

  • També recuerda a la paloma que traía en el pico un ramo verde de olivo indicando que las aguas del diluvio habían disminuido (Gn 8,6-12): era el signo de una nueva creaciónsiete días (Gn 8,12)–, la humanidad podía volver a empezar.

  • Y, aún, sobre la renovación de la creación: envías tu espíritu, y los creas, y repueblas la faz de la tierra (Sl 104[103],30). Por el Espíritu, Dios nos re–crea, re–hace nuestra identidad según su plan de siempre (Gn 1,26).

  • Las palabras que se dicen desde “el cielo” (22) también tienen ecos bíblicos: Voy a proclamar el decreto del Señor; Él me ha dicho: «Tu eres mi hijo: yo te he engendrado hoy» (Sl 2,7); Mirad a mi Siervo a quien sostengo; mi elegido en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones (Is 42,1). Esta presentación de Jesús haciendo referencia al siervo sufriente (Is 42,1-9; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12), lo sitúa como el Mesías que no vence por el poder sino por la entrega. Al mismo tiempo, lo sitúa desde el principio como el servidor: Porque, ¿quién es más importante: el que está a la mesa o el que está sirviendo? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve (Lc 22,27).

  • Hoy tenemos una ocasión para renovar nuestras promesas bautismales, nuestra militancia:

  • Por el Bautismo–Confirmación fuimos unidos a Jesucristo, “el Hijo amado” (22).

  • El Espíritu que recibimos nos dio la identidad de hijos amados de Dios, hermanos en la comunidad que es la Iglesia: Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen (Lc 8,21).

  • Y ahí recibimos el don del seguimiento con la misión de dar testimonio por la entrega y el servicio: si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga (Lc 9,23); el más importante entre vosotros sea como el más joven y el que manda como el que sirve (Lc 22,26).