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Domingo 4º Adviento C

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Propuesta de Josep Maria Romaguera Bach

 

Evangelio según Lucas (1,39-45)

39 En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo 42 y dijo a voz en grito:

–¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 44 En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45 Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

 

Pauta para hacer Estudio de Evangelio, personal o compartido

1

Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer

2

Anoto algunos hechos vividos esta última semana

3

Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo

4

Ahora anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...

Me planteo si, como María e Isabel, que escuchan la llamada de Aquel que viene a visitarlas, estoy atento a las llamadas que Dios hace en mi puerta.

5

Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...

En estas personas de mi entorno, ¿qué motivos de alegría descubro? ¿Qué signos veo de la presencia de Dios que actúa a través de los que menos pueden?

6

Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)

7

Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...

 

Notas por si hacen falta

 

Notas para ayudar a dejarse visitar a través de este texto

 

–  El Evangelio según Lucas, en sus capítulos–prólogo, pone en paralelo a las figuras de Juan y Jesús. En este texto de hoy Juan y Jesús se encuentran a través del encuentro de la madre del uno y la madre del otro, ambas embarazadas. Jesús visita a Juan. El Hijo de Dios nos visita. Y se queda entre nosotros.

–  La lectura de este texto pide sencillez para acoger la acción maravillosa de Dios en la pequeñez de estas mujeres (1,48-49) y en aquellos a quienes ellas representan: los pobres, los huérfanos, los extranjeros, las viudas, los enfermos, los cautivos, los pecadores... en definitiva, aquellas personas que son consideradas estériles (Lc 1,7) por una sociedad que valora a las personas según la capacidad de producción.

 

Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio