Señor, Tú que haces nuevas todas las cosas
cuando pasa el viento del Espíritu,
ven a realizar también hoy tus maravillas.
Te confiamos nuestra próxima Asamblea,
reaviva en toda nuestra familia expendida por el mundo
el don que nos haces al llamarnos
a vivir como discípulos y apóstoles para servirte mejor a ti y a los pobres
haciéndoles conocer tu nombre.
Danos la gracia de una mirada libre y renovada
que no se detenga en la superficie de las cosas,
en la percepción que tenemos de los otros.
Danos la gracia de una escucha libre,
sin prejuicios, sin interpretaciones presuntuosas, sin miedo.
Concédenos discernir en la palabra de los otros
lo que podría ser una invitación
a inventar, a atrevernos, a crear.
Concédenos acoger la riqueza que nos das de formar parte
de una misma familia
que se nutre del carisma del Beato Antonio Chevrier, nuestro fundador.
Con María, nuestra Madre, queremos ofrecerte nuestro sí
para que tu Reino pueda nacer
en el corazón de nuestra agobiada humanidad.
cuando pasa el viento del Espíritu,
ven a realizar también hoy tus maravillas.
Te confiamos nuestra próxima Asamblea,
reaviva en toda nuestra familia expendida por el mundo
el don que nos haces al llamarnos
a vivir como discípulos y apóstoles para servirte mejor a ti y a los pobres
haciéndoles conocer tu nombre.
Danos la gracia de una mirada libre y renovada
que no se detenga en la superficie de las cosas,
en la percepción que tenemos de los otros.
Danos la gracia de una escucha libre,
sin prejuicios, sin interpretaciones presuntuosas, sin miedo.
Concédenos discernir en la palabra de los otros
lo que podría ser una invitación
a inventar, a atrevernos, a crear.
Concédenos acoger la riqueza que nos das de formar parte
de una misma familia
que se nutre del carisma del Beato Antonio Chevrier, nuestro fundador.
Con María, nuestra Madre, queremos ofrecerte nuestro sí
para que tu Reino pueda nacer
en el corazón de nuestra agobiada humanidad.