Pauta para un Estudio de Evangelio. Josep Maria Romaguera Bach, diócesis de Barcelona
El próximo domingo tenemos la oportunidad de contemplar a Jesús que es "la resurrección y la vida", nuestra resurrección y nuestra vida. ¡Se acerca la Pascua!
26 marzo 2023. Evangelio según Juan (11,1-45)
En aquel tiempo, 1 un cierto Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana, había caído enfermo. 2 María era la que ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera: el enfermo era su hermano Lázaro. 3 Las hermanas le mandaron recado a Jesús, diciendo:
–Señor, tu amigo está enfermo.
4 Jesús, al oírlo, dijo:
–Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
5 Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. 6 Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba. 7 Sólo entonces dice a sus discípulos:
–Vamos otra vez a Judea.
8 Los discípulos le replican:
–Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos, ¿y vas a volver allí?
9 Jesús contestó:
–¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10 pero si camina de noche, tropieza, porque le falta la luz.
11 Dicho esto añadió:
–Lázaro, nuestro amigo, está dormido: voy a despertarlo.
12 Entonces le dijeron sus discípulos:
–Señor, si duerme, se salvará.
13 Jesús se refería a su muerte; en cambio, ellos creyeron que hablaba del sueño natural. 14 Entonces Jesús les replicó claramente:
–Lázaro ha muerto, 15 y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. Y ahora vamos a su casa.
16 Entonces Tomás, apodado el Mellizo, dijo a los demás discípulos:
–Vamos también nosotros, y muramos con él.
17 Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. 18 Betania distaba poco de Jerusalén: unos tres kilómetros; 19 y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. 20 Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. 21 Y dijo Marta a Jesús:
–Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. 22 Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.
23 Jesús le dijo:
–Tu hermano resucitará.
24 Marta respondió:
–Sé que resucitará en la resurrección del último día.
25 Jesús le dice:
–Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; 26 y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?
27 Ella le contestó:
–Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.
28 Y dicho esto, fue a llamar a su hermana María, diciéndole en voz baja:
–El Maestro está ahí, y te llama.
29 Apenas lo oyó, se levantó y salió a donde estaba él: porque 30 Jesús no había entrado todavía en la aldea, sino que estaba aún donde Marta lo había encontrado. 31 Los judíos que estaban con ella en casa consolándola, al ver que María se levantaba y salía deprisa, la siguieron, pensando que iba al sepulcro a llorar allí. 32 Cuando llegó María adonde estaba Jesús, al verlo se echó a sus pies diciéndole:
–Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.
33 Jesús, viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban, sollozó y muy conmovido 34 preguntó:
–¿Dónde lo habéis enterrado?
Le contestaron:
–Señor, ven a verlo.
35 Jesús se echó a llorar. 36 Los judíos comentaban:
–¡Cómo lo quería!
37 Pero algunos dijeron:
–Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?
38 Jesús, sollozando de nuevo, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa.
39 Dijo Jesús:
–Quitad la losa.
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
–Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.
40 Jesús le dijo:
–¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?
41 Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
–Padre, te doy gracias porque me has escuchado; 42 yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea para que crean que tú me has enviado.
43 Y dicho esto, gritó con voz potente:
–Lázaro, ven afuera.
44 El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
–Desatadlo y dejadlo andar.
45 Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
1
Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2
Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3
Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4
Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...
Y lo que descubro de mi bautismo, de mi relación personal con Jesús
5
Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...
¿Qué “Martas” encuentro ahí que me dicen: “el Maestro está ahí, y te llama”? ¿Y cómo respondo?
6
Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7
Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas por si hacen falta
Notas sobre el texto, la resurrección y la Pascua
- Con esta página (de hecho, con todas) Juan no pretende que encontremos en Jesús a un gran milagrero sino que contemplemos a quien es “la resurrección y la vida” (25) para todo el mundo.
- “Resurrección”, tal como la utiliza Jesús en el v. 25, es palabra que hay que reservar para el paso de la muerte a la vida inmortal. Así pues, no es el término más apropiado para hablar de la restitución de la vida terrena, que es lo que pasa con Lázaro. En este caso estamos ante un retorno a la vida.
- Este signo es, en Jn, el último que hace Jesús antes de su Pascua. El objetivo de fondo de Jesús al hacer el signo es “la gloria de Dios” (4), la gloria que se manifiesta en su muerte y resurrección.
- La pascua de Jesucristo es el cumplimiento del designio de Dios: la unión de los creyentes con el Hijo, el que tiene el poder de dar la vida y retomarla para darla a todo el mundo.
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
- En este signo Jesús toma la iniciativa (7) y se compromete (8). Y en la reflexión que hace de este compromiso, con la imagen de la luz (9-10), invita a los discípulos a superar las resistencias a seguirlo y a tomar el mismo compromiso (16).
- Un dato curioso: todos los personajes salen de donde estaban al principio (7.19.20.29.31.44). Todo el mundo se mueve.
- Marta expresa su confianza en Jesús (21-22) y, al final, su fe (27); María, en cambio, está hundida bajo el peso del dolor, sólo ve la muerte, la pérdida (29ss). María representa la fe del pueblo de Israel; Marta representa el paso a la fe en Cristo. La profesión de fe de Marta expresa quien es Jesús para ella: el enviado de Dios, el Hijo (27), que no es sólo alguien que tiene relación con Dios sino que es Dios mismo.
- El creyente está destinado a la vida que no acaba (25-26). La vida eterna no es sólo para después de la muerte: para Jesús el creyente es desde ahora un viviente, ya tiene el germen de la vida eterna. El Bautismo es el sacramento de ello.
- Los sentimientos de Jesús, mencionados por Juan (33.35.38), expresan que Jesús se encontró enfrentado a la realidad no sólo de la muerte de Lázaro sino también de la suya propia: esto le provoca un combate interior. Su llanto, a la vez que es el del hombre que tiene que consentir a la prueba, es el llanto de Dios ante la muerte de los que ama, la humanidad que ha creado.
- Jesús, ¿podía haber evitado la muerte de Lázaro? (37). Lo que es claro es que Jesús no huye de la suya (7), afronta la vida y la muerte comprometiéndose con la humanidad (1,14).
- La fe en Él es la condición para “ver” la gloria de Dios (40 y 25-27).
- Jesús siempre está con el Padre (41-42). Su oración tiene que ver con su hora, con su turbación ante la propia muerte (16,23s).
- La glorificación de Jesús se realiza por la unión con Él de quienes creen que es el Hijo (42). Esto es lo que significa el bautismo.
- La losa y las vendas anticipan la resurrección de Jesús. Pero en el caso de Jesús, Él mismo se habrá desatado y las habrá dejado para siempre (20,5-7).
- Jesús deja que Lázaro siga su propio camino (44). Lázaro es libre. Y nosotros nos quedamos con Jesús, que camina hacia su muerte–resurrección.