Pauta para un Estudio de Evangelio. Josep Maria Romaguera Bach, diócesis de Barcelona
A partir de las palabras de Jesús en el Evangelio del próximo domingo, podemos seguir profundizando en la importancia de conocer y amar a Jesucristo: Guardar sus mandamientos no es someterse a unos preceptos legales, sino que es el amor a la persona de Jesús, la Palabra que se hizo carne. Eso es la fe.
14 mayo 2023. Evangelio según Juan (14,15-21)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
15 –Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. 16 Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor que esté siempre con vosotros, 17 el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis porque vive con vosotros y está con vosotros. 18 No os dejaré desamparados, volveré. 19 Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis, y viviréis, porque yo sigo viviendo. 20 Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, vosotros conmigo y yo con vosotros. 21 El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.
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Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
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Anoto algunos hechos vividos esta última semana
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Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
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Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...
Me pregunto si cuento o no cuento con el Espíritu como el que me ayuda a “conocer” a Dios en la vida, a descubrir el significado del Evangelio para nosotros y para nuestro mundo.
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Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...
Tomo conciencia de qué personas de las que tengo cerca son testigos de fidelidad al amor que Dios nos tiene. Y de las experiencias que tengo de amar a Jesús, de “guardar” su Palabra, en la vida, en los hechos.
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Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
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Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas por si hacen falta
Notas sobre el texto y algunos términos
- Hoy seguimos en el diálogo de Jesús con los discípulos que Juan sitúa en el contexto de la última cena (lavatorio de los pies, lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis..., etc.). En este fragmento de hoy destaca lo que Jesús dice sobre “amar - guardar los mandamientos” (15.21) y la promesa del “Espíritu de la verdad” (16ss).
- La palabra “mundo” (17), sobre todo en los capítulos 13-17 de Jn, expresa la realidad de oposición radical a Jesús (Jn 14,17.19.27; 15,18.19; 16,8.20; 17,9.14.16.25). Por eso “el mundo no puede recibir” al Espíritu, el “otro” (16), del mismo modo que no pudo acoger a Jesús (Jn 1,10-11).
- Es con este significado de “mundo” con el que Jn remarca (en otras páginas) que ni Jesús es del mundo (Jn 8,23) ni tampoco los discípulos (Jn 17,14.16). Pero igualmente Jn dice con fuerza que Dios ama al mundo y le entrega a su Hijo (Jn 3,16), y también que los creyentes serán enviados al mundo (Jn 17,18).
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
- Ya en la tradición bíblica “amar a Dios” y “guardar sus mandamientos” (15) son una sola cosa que el pueblo es invitado a experimentar. Pueblo llamado a hacer y a vivir la Alianza que Dios le ofrece (Dt 7,9). En este amor destaca siempre la iniciativa de Dios, y también su permanencia, su fidelidad (1Co 1,9). Por lo tanto, “guardar los mandamientos” no es una condición sin la cual Dios no ama a su pueblo sino la manera concreta que el pueblo tiene de amar al Dios que le ama siempre e incondicionalmente.
- La expresión “mis mandamientos” (15.21) equivale a “mi palabra”. Cuando Jesús lo dice se refiere a la revelación de su persona, de su misión. Guardar esta palabra es creer en Él. Ya en el Antiguo Testamento la Ley es, antes que nada –hasta que los preceptos y las prescripciones legales lo estropearon (Mc 7,7; Ga)–, la revelación de Dios que conduce a la vida (Sl 119 [118]).
- La novedad del Nuevo Testamento respecto del Antiguo es que el amor del discípulo recae sobre Jesús. La adhesión a su Palabra de vida es lo que lleva al cumplimiento de la Alianza. Guardar sus mandamientos, entonces, no es someterse a unos preceptos legales; es el amor a la persona de Jesús, la Palabra que se hizo carne (Jn 1,14). Eso es la fe.
- Jesús promete “otro Defensor” (16). La palabra que hay en el texto original (que se puede transcribir como “Paráclito”) significa “el que ha sido llamado para auxiliar, acompañar y ayudar”. En este pasaje, el “Defensor” tiene una función muy concreta: “que esté siempre con vosotros” (16).
- Habla Jesús de “otro Defensor” (16). “Otro” porque Él mismo es quien ha estado hasta ahora con ellos, a su lado (Jn 14,9). Después de Jesús, el “otro” que estará con los creyentes es el Espíritu Santo. El Espíritu, enviado por el Padre, es el gran don de Jesús en su Pascua (Jn 19,30; 20,22).
- Podríamos decir que el Espíritu es el verdadero autor del Evangelio: es por Él que podemos recordar lo que Jesús hizo y dijo; es por Él que podemos comprender su significado para cada comunidad y para cada persona. Lo que llamamos actualización. Es en este sentido que el Espíritu es “el Espíritu de la verdad” (17).
- “Aquel día” –traducido en esta versión como “entonces”– (20) es una expresión conocida en la tradición bíblica (Mc 13,32). Aquí se refiere a la vida de los discípulos después de la resurrección de Jesús: por la acción del Espíritu continuarán unidos a Jesús como Él lo está con el Padre. Se refiere a nosotros. Un ejemplo lo tenemos en la experiencia que se nos propone en la Revisión de Vida: descubrir que Dios está presente en la vida, “conocerlo” (20) en la vida.