Ascensión del Señor - A_2023

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Pauta para un estudio de Evangelio. Josep Maria Romaguera Bach, diócesis de Barcelona

Estamos en la última página del evangelio de Mateo. El evangelista pretendía llegar a este punto: el Resucitado apareciéndose a los discípulos en el lugar preferente de la actividad de Jesús: Galilea. En Galilea Jesús había concretado la mayor parte de su ministerio. Galilea es una tierra habitada por judíos y no judíos. Haciéndose presente aquí nos está diciendo que Dios se manifiesta “a todos los pueblos”. Galilea representa, entonces, el lugar de la vida. Y es nuestro hoy. Él está ahí cada día

 

21 mayo 2023. Evangelio según Mateo (28,16‑20)

En aquel tiempo, 16 los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. 17 Al verlo ellos se postraron, pero algunos vacilaban. 18 Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

–Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. 19 Id y haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

 

1

Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer

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Anoto algunos hechos vividos esta última semana

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Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo

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Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...

Y me doy cuenta de qué experiencias he vivido de encuentro con Jesús Resucitado en mi “Galilea”. Y de cómo me he “postrado” ante él.

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Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...

Me planteo cuáles son, para mi, las personas a quienes Jesús me envía para hacer de ellas discípulos suyos. Y cómo lo estoy haciendo o cómo lo haré.

6

Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)

7

Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...

 

Notas por si hacen falta

 

Notas sobre Galilea

 

  • Estamos en la última página del evangelio de Mateo. El evangelista pretendía llegar a este punto: el Resucitado apareciéndose a los “once” en el lugar preferente de la actividad de Jesús: “Galilea” (16).
  • En Galilea Jesús había concretado la mayor parte de su ministerio (Mt 4,12-17). Y cuando, Resucitado, se aparece a las mujeres que lo buscan, el mensaje que les da –como ya se lo había dado el ángel en el sepulcro (Mt 28,7)– es que envíen allá a los discípulos (Mt 28,9).
  • Galilea, además, es una tierra habitada por judíos y no judíos. Haciéndose presente aquí nos está diciendo que Dios se manifiesta “a todos los pueblos” (19).
  • Galilea representa, entonces, el lugar de la vida. Y, por lo tanto, la vida de la Iglesia. Y es nuestro hoy, porque el Evangelio no es un recuerdo del pasado, no es una historia edificante. Quien escucha–lee el Evangelio encuentra en él el relato de su propia vida vivida “con” Jesucristo (quizás sin haberlo descubierto antes): “Él está con nosotros” (Mt 1,23) “cada día” (20).

 

Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio

 

  • Los once “se postraron” (17). La palabra original del evangelista para decir que se postraron indica, al mismo tiempo, el homenaje que se da a un rey que acaba de nacer –“el rey de los judíos” (Mt 2,2)– y la adoración que le corresponde por el hecho de ser Hijo de Dios (Mt 14,33): Jesús es el Emmanuel Dios-con-nosotros (Mt 1,23), adorado como Resucitado (Mt 28,9) y como Señor (17).
  • Que a Jesús se le adoraba ya lo habíamos encontrado al comienzo de Mt, sobre todo en el episodio de los Magos de Oriente (Mt 2,2.11), donde las ofrendas recuerdan al profeta Isaías, que describe la venida de pueblos extranjeros a Jerusalén para ofrecer todo tipo de dones (Is 60,6; también Sl 72[71],10-11.15). Los magos de Oriente representan a todas las naciones de la tierra convocadas a adorar al mismo Señor.
  • La mezcla de adoración y de dudas de los discípulos (17) ya la habíamos encontrado antes, cuando Mt nos reporta la duda de Pedro (Mt 14,31) y la adoración y confesión de fe del propio Pedro con todos los discípulos (Mt 14,33). La poca fe de los discípulos aparece expresada, también, en otros lugares (Mt 6,30; 8,26; 16,8; 17,20).
  • La “autoridad” (18) de Jesús (Mt 11,27; Dn 7,14; Jn 17,2; Ef 1,20-22; Fl 2,9-10) es la que le reconocen los discípulos, es decir, la Iglesia. Jesús es Señor (Mt 7,21) e Hijo de Dios (Mt 2,15). Esta “autoridad” se ha manifestado en la enseñanza (Mt 7,29), el perdón (Mt 9,6) y las curaciones (Mt 9,8; 10,1).
  • Esta autoridad es la que tendrán los discípulos para “ir” a “todos los pueblos” (19) a ofrecer lo mismo que Él ofrece. Los discípulos de Jesús se convierten en apóstoles: son enviados a todo el mundo, sin discriminaciones de ningún tipo, con la misión de “hacer”, de cada persona, un/a “discípulo”.
  • Los once habían recibido la llamada a seguir a Jesús, a acoger sus enseñanzas –Jesús es el Maestro (Mt 5,1; 23,8)– y a ponerlas en práctica (Mt 7,24). Ésta es la llamada que ahora ellos tienen que hacer a otras personas, hasta llegar a todo el mundo, a toda la humanidad. Siempre desde lo concreto: las personas de la vida cotidiana –“Galilea” es el signo de ello–, pero con un horizonte universal: a “todos los pueblos” –también Galilea lo representa siendo como es una región donde habitaban muchos paganos (Mt 4,12-17)–.
  • Ser discípulo y apóstol –enviado/a– no se vive a solas. Jesucristo está vivo. Dios sigue con nosotros, actuando (Jn 5,17). Lo veíamos, también, el pasado domingo (Jn 14,16). Y hacemos experiencia de ello, especialmente, cuando Él nos convoca y nos reúne en Iglesia (Mt 18,20).