Domingo XXIII T.O. - A_2023

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Pauta para un Estudio de Evangelio. Josep Maria Romaguera Bach, diócesis de Barcelona

Aquí tenéis la ficha correspondiente al Evangelio del próximo domingo, que trata de las relaciones entre nosotros, discípulos de Cristo, "comunidad reunida" (=Iglesia)

 

10 septiembre 2023. Evangelio según Mateo (18,15‑20)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

15 –Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. 16 Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. 17 Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.

18 Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.

19 Os aseguro además que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. 20 Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

 

Pauta para el Estudio de Evangelio personal o compartido en grupo

1

Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer

2

Anoto algunos hechos vividos esta última semana

3

Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo

4

Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...

A la luz de este Evangelio pienso en las experiencias personales de Iglesia – comunidad reunida. Me pregunto si nos abrimos en ella a descubrir la voluntad de Dios, si oramos todos por lo mismo... También me puedo revisar si me dejo cuestionar en la comunidad reunida (en el equipo de revisión de vida), si me dejo cuestionar por la Iglesia en general...

5

Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...

¿Qué testimonios encuentro de personas que se dejan ‘corregir’ por los demás? ¿Y de personas que tengan la humildad necesaria para proponer la corrección a otros?

6

Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)

7

Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...

 

Notas por si hacen falta

 

Notas para seguir el hilo del Evangelio y sobre la corrección fraterna

 

  • Respecto al pasado domingo, hoy hemos dado un salto en el evangelio de Mateo y ya estamos en el capítulo 18. En él encontramos el llamado discurso comunitario o eclesial. Este discurso recoge diversas enseñanzas de Jesús sobre las relaciones entre los discípulos, las relaciones en el seno de la Iglesia.
  • El fragmento de este domingo está dedicado a la corrección fraterna. Lo que se encuentra en él no son normas jurídicas o de disciplina. Con estas indicaciones tan concretas se pretende fomentar que cada discípulo busque, por todos los medios –también con la oración (19)–, la conversión del hermano que “peca” (15).
  • Es importante tener claro que buscar la conversión del hermano –la corrección fraterna– no es, ni de lejos, buscar que el otro sea como soy yo, que piense como yo pienso, que haga como yo hago. Se trata de buscar que haga lo que Dios quiere para él.

 

Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio

 

  • Como tantas otras veces en los evangelios, aquí (15 y 16) encontramos citado al Antiguo Testamento: No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado (Lv 19,17); Un solo testigo no es válido contra alguien en cualquier falta o delito, sea cual fuere el delito que ha cometido. Solo por la declaración de dos o tres testigos será firme una causa (Dt 19,15). La preocupación de la Escritura siempre ha sido la de salvar, nunca la de condenar.
  • La expresión “la comunidad” (17) traduce la palabra “iglesia” que está en el original griego. La Iglesia es siempre comunidad reunida en asamblea de los discípulos de un lugar concreto.
  • Cuando el “hermano” no quiere escuchar (17), si ya se ha intentado todo, se le considera fuera de la comunidad –“pagano”, “publicano”–. Se trata de una constatación, no de una expulsión, porque es él quien se mantiene conscientemente fuera: la persona que no escucha a la comunidad rompe los vínculos que lo unen a los demás miembros. Por lo tanto, no se trata de echarlo: los hermanos que le han hablado, la misma comunidad reunida, nunca pretenden (nunca tiene que pretender) expulsarlo, por más que les haya ofendido, sino que su preocupación es siempre pastoral, parecida a la del “Padre del cielo” (19) que no quiere que se pierda ni tan sólo uno de estos pequeños, como encontramos justo antes de este fragmento de hoy, en la parábola de la oveja perdida (Mt 18,10-14).
  • El poder de atar y desatar en la tierra y en el cielo que Jesús había dado a Pedro (Mt 16,19), ahora lo da a la comunidad (18). Es una de las concreciones de lo que expresa la petición del Padrenuestro que dice hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo (Mt 6,10). Es decir, no hay “cielo” al margen de “la tierra”. Y, para Jesús, el único lugar a dónde el Reino de Dios tiene que venir es “la tierra”, esta tierra.
  • El consenso que Jesús pide (19) es el consenso que tiene por finalidad descubrir la voluntad del “Padre del cielo”. No se trata, pues, de un consenso para imponer a Dios, por más unanimidad que haya, aquello que nos parece a nosotros que Él debe hacer, sino para discernir lo que Él quiere de nosotros. La oración comunitaria siempre es abierta y pide hágase tu voluntad ... (Mt 6,10).
  • Una de las insistencias del evangelista Mateo es que Jesucristo está en medio de nosotros. Aquí (20) es dicho a propósito de la comunidad reunida, la Iglesia. En la Iglesia reunida como tal, el Resucitado está presente. Que Él está con nosotros, Mt ya lo anunciaba en el prólogo: ... le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros» (Mt 1,23). Y al final, cuando el Resucitado envía a los discípulos a anunciar el Evangelio a todos los pueblos, también asegura su presencia: Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes ... yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28,19-20).