Pautas para un estudio y reflexión del Evangelio. Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona
El Evangelio del próximo domingo nos pone ante Jesús que, a pesar de los acosos a los que es sometido, no renuncia a anunciar la Buena Noticia: “Amarás al Señor tu Dios... Amarás a tu prójimo como a ti mismo...”. Toda una lección sobre las buenas actitudes en el diálogo con quienes piensan diferente....
Pauta para el Estudio de Evangelio personal o compartido en grupo
1.- Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2.- Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3.- Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4.- Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho... Y me fijo en las actitudes que tengo cuando estoy reunido con otras personas.
5.- Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...¿A quién he encontrado que me dé testimonio de amor a Dios y a los demás –sobre todo a los más pobres– por encima de todo?
6.- Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7.- Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas para seguir el hilo del Evangelio
- Entre el pasaje del pasado domingo y éste de hoy, Mateo pone otra escena de la larga discusión de Jesús con sus adversarios en el marco del Templo. Se trata del pasaje (Mt 22,23-33) en el que los saduceos le ponen una trampa sobre la resurrección de los muertos.
- Los saduceos (34) eran un grupo político-religioso formado casi totalmente por sacerdotes descendientes de Sadoc. Eran de tendencia conservadora y estricta en la observancia de la Ley. Y se oponían a los fariseos. Sólo reconocían la autoridad de los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, y negaban cualquier valor normativo a la ‘tradición de los antepasados’ o ‘ley oral’. Entre otras cosas negaban la resurrección. Estaban abiertos a la influencia cultural del helenismo y se mostraban pragmáticos con el ocupante romano (Jn 11,50). A causa de su estrecha relación con el templo, desaparecieron una vez éste fue destruido en el año 70 d.C.
- Los fariseos eran un grupo religioso judío que se comprometía a observar más estrictamente la Ley, en concreto las normas de pureza ritual. Aceptaban la interpretación y adaptación de los textos bíblicos o ‘ley escrita’ según la ‘ley oral’, que ellos llamaban tradición de los antepasados (Mt 15,2). A diferencia de los saduceos, admitían la resurrección de los muertos y esperaban al Mesías como renovador espiritual y político del pueblo.
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
“Los fariseos” (34) ponen a prueba a Jesús. Y lo hacen con aquello que dominan: la letra de “la Ley” (36).
- A los fariseos Jesús les ha recriminado que cumplan formalmente las normas y que las cosas más importantes de la Ley las subordinan a sus propias tradiciones (Mt 15,6; 23,13-33; Lc 12,1).
- La respuesta de Jesús a la pregunta sobre los mandamientos (37 y 39) comienza con un texto (37) que todos los judíos conocen de memoria (Dt 6,5). Es la afirmación de que el amor a Dios está por encima de todo y tiene que comprometer a la persona en todas sus dimensiones –esto es lo que se expresa con “corazón”, “alma” y “ser” (37)–. Pero Jesús no se detiene aquí y añade que el amor a los demás está unido inseparablemente al amor a Dios (39). Lo hace mencionando Lv 19,18, un escrito citado otras veces en el Nuevo Testamento (Mt 5,43;19,19; Rm 13,9; Ga 5,14 y St 2,8).
- “La Ley y los profetas” (40) es una expresión que equivale a todo el Antiguo Testamento. Cuando se menciona de este modo se está hablando de aquello que tiene valor normativo. “La Ley” designa al Pentateuco; “los Profetas”, en un sentido amplio, son todos los demás libros del AT. Jesús está diciendo que los mandamientos del amor a Dios y a los demás estaban ya presentes en la Ley de Moisés. La novedad de la afirmación de Jesús consiste en el hecho de señalar una relación tan directa entre ambos y de ponerlos como fundamento de la Escritura (Rm 13,10).
- La intención de fondo de Mateo, expresada en el versículo conclusivo (40), es presentar a Jesús mismo como quien lleva la Ley a plenitud (Mt 5,17). La plenitud no viene del cumplimiento de la norma sino de su iniciativa, de su amor, de su don. Él es la plenitud de la Palabra de Dios entre nosotros (Jn 1,14).
- Este evangelio del “mandamiento principal” (36), viene precedido –en la misa de este domingo– de un fragmento del libro del Éxodo (Ex 22,20-26) que recuerda algunos mandamientos de la Ley de los que más inciden en los pobres e indigentes. La Ley, Dios la dio para favorecer a los más pobres. Lo cual pone un acento muy importante sobre el pasaje de Mateo. Amar a Dios y a los demás se verifica en el amor a los pobres, en la opción preferencial por los pobres, en el tenerlos en cuenta para cualquier decisión y actuación.
Notas sobre EL DIÁLOGO con las personas como lugar de encuentro con Dios
► Las disputas de Jesús con sus adversarios no son ningún diálogo. Ellos ya tienen decidido que quieren matarlo. Es el rechazo de Dios en el Hijo encarnado, Jesús de Nazaret, y en las personas que, con Él, han configurado otro Templo (Mt 21,12-17). A propósito de esta actitud de los fariseos –que no se acercan a Jesús para dialogar sino “para ponerlo a prueba” (35)– podemos cuestionarnos sobre los encuentros que celebramos en el contexto del nuevo Templo que es Jesús: nuestras reuniones para celebrar la Eucaristía o para hacer Revisión de Vida, por ejemplo, y cualquier otra reunión de las que participamos en los ambientes donde vivimos, trabajamos y actuamos. Jesús está entre nosotros cuando nos reunimos en su nombre (Mt 18,20). Se hace presente por pura iniciativa suya. Se hace presente a pesar de las dificultades. Pero no reconoceremos nunca que Él está si, como hacen con Jesús los fariseos o los saduceos, nos acercamos a los demás para “ponerlos a prueba”, poniéndoles trampas.
► Los fariseos, desde el momento en qué adoptan la actitud de “ponerlo a prueba”, se incapacitan ellos mismos para reconocer en Jesús la presencia de Dios. Sin embargo, Jesús no deja de anunciarles la Buena Noticia: “Amarás al Señor tu Dios... Amarás a tu prójimo como a ti mismo...”. Cuando nosotros nos reunimos somos invitados a adoptar actitudes nuevas: diálogo, escucha, acogida... a pesar de las discrepancias que pueda haber. Nunca “poner a prueba” o hacer comentarios para tentar. Solamente así podremos escuchar a Aquel que, a pesar de todo, hablará por iniciativa suya. Y nos daremos cuenta de que habla para todos, para los demás y para mí. De que a unos y a otros nos ofrece la Buena Noticia del amor de Dios. Y a unos y a otros nos interpela, nos cuestiona, para mover los corazones a la conversión y poner las vidas en acción testimonial en medio del mundo.