QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B 2024

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Pautas para el estudio y reflexión del Evangelio. Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona

Jesús nos dice: "cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí". ¿Nos atrae? ¿Nos acercamos a Él? ¿Hacemos hueco para que otros, que quieren acercarse, puedan encontrarse con Él?

 

Pauta para el Estudio de Evangelio personal o compartido en grupo

1. Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer

2. Anoto algunos hechos vividos esta última semana

3. Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo

4. Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho... Me pregunto quién ha sido mi apóstol, quién me ha acompañado o me acompaña hasta Jesús; dónde lo busco, hacia dónde miro para verlo; cómo contribuyo a la misión de Jesús de atraer a todos hacia Él, de reunir a todo el mundo.

5. Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor... ¿Qué experiencias de desprendimiento, de entrega de la vida (“grano de trigo que muere”), he descubierto ahí?

6. Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)

7. Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...

 

Notas por si hacen falta

 

Notas sobre algunas expresiones que aparecen en el texto

 

  • Los “gentiles” (20) de quienes habla el texto son, probablemente, no–judíos que simpatizan con el judaísmo y que han subido a Jerusalén para celebrar la Pascua.

  • Betsaida” (21) estaba situada al norte del lago de Galilea, cerca de donde el Jordán desemboca en este lago. Tenía una población formada a la vez por judíos y no–judíos. “Felipe” (21-22), además de ser de un lugar de mezcla como éste, tiene un nombre griego, así como “Andrés” (22). Son, por lo tanto, buenos interlocutores para los “gentiles” (20).

  • La hora” (23) no es un momento cronológico. Todo el evangelio de Juan se mueve entre la hora de Jesús que todavía tiene que llegar (Jn 2,4; 7,30; 8,20) y la llegada de esta hora (Jn 12,23; 13,1; 17,1). Pero, en realidad, para el lector, la hora ya está aquí (Jn 4,23; 5,25; 16,2.32). Juan narra los acontecimientos de modo que sea el mismo Jesús quien indique el contenido de esta “hora” y su realización. En este caso, la venida de los “gentiles” a la comunidad de Jesús es un signo de su gloria futura e indica que ya “ha llegado la hora” (23).

  • Con la imagen del grano que tiene que morir para dar fruto (24), Jesús quiere decir a los discípulos que tendrá que sufrir la pasión y muerte que llevarán a una resurrección fecunda. Un grano que no entre dentro de la tierra, no puede dar fruto (1Co 15,36). En esta imagen es importante el contraste entre “queda infecundo” y “da mucho fruto”.

  • El mensaje sobre la pasión–muerte–resurrección de Jesús viene acompañado por un mensaje sobre la vida (25) del discípulo. Equivale a lo que dicen los sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas): El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará (Mt 10,39).

  • Con la expresión “donde esté yo, allí también estará mi servidor” (26) no se indica un espacio físico, sino una relación personal (Jn 8,29) con Jesús (Jn 14,3;17,24).

  • Los versículos 27 y 28 son equivalentes a lo que los evangelios sinópticos sitúan en Getsemaní (Mt 26,38-39; Mc 14,35-36; Lc 22,42).

  • Glorifica tu nombre” (28): El nombre, en la Biblia, expresa y manifiesta a la persona. Jesús pide que Dios termine su obra de amor entre los hombres por medio de la muerte y la resurrección que Él mismo experimentará. Esta expresión de Jesús nos recuerda la del Padrenuestro: Padre nuestro del cielo, santifica tu nombre (Mt 6,9).

  • Aquí “mundo” (31) tiene que entenderse como lugar en donde se manifiestan los poderes hostiles a la soberanía de Dios: el diablo (6,70; 8,44; 13,2), Satanás (13,27).

  • Elevado” (32) aparece como opuesto a “caído” (24). Jesús “elevado” –crucificado y glorificado– posibilita el reconocimiento, es decir, la fe (2,22; 8,28; 19,35-37). Muerte y resurrección son indisociables.

 

Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio

 

  • Los “gentiles” (20) representan a todos los pueblos que se abren al Evangelio.

  • Quieren “ver a Jesús” (21). “Ver” con la mirada de la fe: creer.

  • Los apóstoles –Felipe, Andrés... los de entonces y los de hoy– (21-22) tienen esta misión: son ‘enviados’ a los pueblos para que éstos puedan “ver” (creer) a Jesús. El Jesús a quien podrán “ver” es el Jesús de la Pascua, muerto y resucitado“cae en tierra y muere” para “dar mucho fruto” (24)–. No podemos creer (“ver”) si no es en el misterio de la cruz, donde se manifiesta la gloria de Dios –“elevado” (32)–.

  • La venida de los “gentiles” a Jesús (20), es decir, de los otros pueblos, es presentada aquí como un objetivo importante de la misión de Jesús: marca su “hora” (23). La muerte y la resurrección “da mucho fruto” (24), “atrae a todos” (32). Este “atrae a todosse opone al “queda infecundo”. El fruto de la Pascua de Jesús es éste: la reunión de “todos” en la unidad.

  • Lo que se dice de Jesús con la parábola del grano de trigo (24) se aplica del mismo modo al creyente (25): el desprendimiento de si mismo, el dar la vida, fructificará en vida eterna. Seguir a Jesús para “ver” (26), es seguirle hasta la cruz–glorificación (25). En este seguimiento podemos acoger el don de la fe: Dichosos los que no han visto y han creído (Jn 20,29).