DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO -CICLO B - 2024

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Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona

En la página del Evangelio del próximo domingo encontramos a Bartimeo que aparece como modelo de discípulo, de seguidor de Jesús. Un modelo el perfil del cual se define por rasgos como estos: reconoce que no ve; confía en la misericordia del “Hijo de David”, en las manos del cual se pone con la oración insistente y con la acción –“soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús”–; y lo sigue “por el camino”. ¿Es éste nuestro perfil?

Pauta para el Estudio de Evangelio personal o compartido en grupo

1. Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer

2. Anoto algunos hechos vividos esta última semana

3. Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo

4. Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho... En mi camino de seguimiento de Jesús, ¿Dónde me sitúo? ¿al borde del camino? ¿Cómo barrera de quienes están al margen? ¿siguiendo a Jesús por el camino? ¿...?

5. Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor... En las relaciones que he tenido esta semana, ¿Qué testimonios he tenido de personas que siguen a Jesús con decisión, poniéndose en sus manos con la oración y con la acción?

6. Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)

7. Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...

 

 Notas por si hacen falta

 Notas para seguir el hilo del Evangelio

 

  • Esta escena es la última que Marcos presenta antes de que Jesús entre a Jerusalén, lugar de su pasión, muerte y resurrección.
  • Antes habíamos encontrado a otro ciego, en Betsaida (Mc 8,22-26), escena después de la cual los discípulos reconocen a Jesús como Mesías y comienzan, así, a subir en Jerusalén. Ahora, después de la curación de Bartimeo, entran con Jesús en la Pascua.

 Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio

 

  • En este texto se encuentran dos temas importantes del evangelio y de la vida cristiana: la fe (52) y el seguimiento de Jesús (52). Y diversidad de personajes: Jesús, “los discípulos”, “bastante gente” y “Bartimeo”.
  • Las personas con discapacidades físicas no tenían ningún tipo de ayuda. Por eso eran mendigos, como Bartimeo, que era ciego y estaba pidiendo limosna (46).
  • “El camino”, al “borde” del cual está sentado el ciego al principio (46) y en el que sigue a Jesús al final (52), es como un escenario. El escenario en el cual se ha ido desarrollando todo desde hace unos cuantos capítulos y que enmarca también los dos temas de esta escena: la fe y el seguimiento.
  • Ambos temas los encontramos vividos en este hombre, Bartimeo. A pesar de la ceguera, que podría ser un indicativo de la no-fe, vemos que tiene “fe”. Lo dice Jesús (52) y lo expresa él mismo con la oración “Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí” (47 y 48): la oración es expresión de la fe y es mediación que la fortalece y que profundiza en ella. Por otro lado, vemos que “seguía [a Jesús] por el camino”, el mismo camino en el que los discípulos han ido aprendiendo a seguirle, aunque con miedo (Mc 10,32), subiendo a Jerusalén (Mc 8,27-10,52).
  • La actitud de “muchos” (48) recuerda la de los discípulos con los niños (Mc 10,13). Recuerda, también, que entre los que seguimos a Jesucristo siempre hay alguien a punto para acallar a los pobres. Mezclada con otras actitudes, positivas, ésta tan negativa, alejar a los pequeños, los débiles, los marginados, siempre ha existido. Es la tendencia a convertir el seguimiento de Jesús en una religión en la cual están los que dominan, que se presentan como los elegidos y excluyen a los que, a los ojos del mundo, no sirven para nada y que, con su voz estridente y molesta, estorban a los poderosos.
  • Jesús, sensible a los pobres a pesar de la barrera de gente que parece que lo separe, “se detuvo” e hizo llamar al ciego (49). Y provoca el diálogo, provoca que Bartimeo hable, formule qué es lo que quiere (51). Queda claro que, si no se establece una relación personal, nada cambiará. No hay milagros sin relación con la persona de Jesús.
  • Por otro lado, Jesús no responde ni con gestos ni con palabras de curación. Se limita a constatar la fuerza liberadora de “la fe” (52), fuerza capaz de superar los obstáculos que nunca dejan de presentarse (48). Eso sí, muestra la eficacia de su Palabra.
  • La reacción del ciego, cuando ya ve, no es la de proclamar un mesianismo triunfalista. Al contrario, reacciona con el seguimiento (52): sigue a Aquel, Jesús, que camina hacia Jerusalén, donde tendrá que pasar por la Pasión.
  • Bartimeo aparece como modelo de discípulo, de seguidor de Jesús. Un modelo el perfil del cual se define por rasgos como estos: reconoce que no ve; confía en la misericordia del “Hijo de David”, en las manos del cual se pone con la oración insistente y con la acción –“soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús” (50)–; y lo sigue “por el camino” (52).
  • Esta escena del ciego Bartimeo, llamado por Jesús y que termina siguiéndolo, evoca la llamada a los primeros discípulos (Mc 1,16-20). Aquellos que lo siguen desde el primer día han ido haciendo un proceso que, en cierta manera, culmina aquí, en el “recobró la vista” (52), pero teniendo en cuenta que todavía había que pasar por la cruz, cosa que se disponen a hacer a continuación, lo mismo Jesús que Bartimeo que los demás discípulos.