Josep María Romaguera i Bach. Diócesis de Barcelona
Celebramos la manifestación de la salvación de Dios a todos los pueblos. Los Magos han "visto salir su estrella" y vienen "a adorarlo" (Mt 2,2). Vienen ha rendirle homenaje a aquel que es "el Mesías, el rey de los judíos", quien es reconocido como Hijo de Dios. "Rey de los judíos” es un título aplicado frecuentemente a Jesús en los evangelios. Es un título directamente relacionado con el Mesías. No siempre será captado en su sentido profundo. Unos lo entenderán en sentido político; otros lo entenderán como aquel que viene a cambiar las cosas, a trasformar la realidad, ha hacerla más humana y, por tanto, mas divina.
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La referencia a los “tiempos del rey Herodes” el grande (1), que reinó en Judea desde el año 37 hasta el año 4 antes de Cristo, nos ayuda a situar el nacimiento de Jesús entre los años 7 y 5 antes de Cristo, probablemente.
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De los “Magos de Oriente” (1) no se dice claramente quiénes son, ni cuántos son.
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La estrella (2) es una probable alusión a Nm 24,17, en donde Balaam anuncia la aparición de una estrella de Jacob. En tiempos de Jesús, este texto era interpretado en sentido mesiánico.
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Aquí (6), como en todo este prólogo de Mateo, hay referencias a los profetas, con la intención de indicar que lo que anunciaban las Escrituras se cumple plenamente en Jesús.
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Sobre los sueños (12), recordemos que son un medio empleado a menudo en la Biblia para decir que Dios se manifiesta a personas concretas.
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“El Rey de los judíos” (2) es un título aplicado frecuentemente a Jesús en los evangelios. En éste de Mateo aparece sobre todo en el contexto de la pasión (Mt 27,11.29.37). En otras ocasiones se habla de Jesús como rey de Israel (Mt 27,42). Es un título directamente relacionado con el Mesías, pero Pilato lo entiende en sentido político; y quienes acusan a Jesús, quienes quieren eliminarlo, aprovechan que Pilato lo entiende así para presentarlo como un revolucionario político. Así pues, unos y otros entienden que Jesús viene a cambiar cosas, a transformar la realidad. Esto lo captan bien. Lo que quizá no comprenden es el por qué: para hacerla más humana y, por lo tanto, más divina.
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El término “adorar” (2), en su original griego, indica a la vez el homenaje que se rinde al rey que acaba de nacer y la adoración que se merece por el hecho de ser Hijo de Dios. En el evangelio de Mateo, esta es la adoración de los discípulos a Jesús (Mt 14,33), y también la de las mujeres y los apóstoles cuando lo encuentran resucitado (Mt 28,9.17).
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Herodes es conocido históricamente por su crueldad. El papel que toma en esta escena indica que Jesús sufre la desconfianza y el rechazo de las autoridades de su pueblo desde su nacimiento. La cuestión de fondo es la realeza: el pueblo de Dios (en cuanto que pueblo de Dios), ¿a quién tiene por rey?
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Mateo tiene interés en relacionar el nacimiento de Jesús con Belén, la ciudad de David (5-6). Lo refuerza citando a Miqueas (Mi 5,1.3; en relación, también, con 2Sa 5,2 i 1Cr 11,2). De este modo insiste en su condición de Mesías.
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El evangelio no dice que los “magos” sean reyes, pero los regalos que ofrecen (11) son regios, no por referencia a ellos sino a Aquél a quien adoran; de este modo el evangelista destaca nuevamente que Jesús es el Rey–Mesías.
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Estas ofrendas (11) recuerdan a Is 60,6, donde se describe que los pueblos extranjeros van a Jerusalén para ofrecer todo tipo de dones. También el Salmo 72[71],10-11.15. Así pues, los magos de Oriente representan a todos los pueblos, naciones, etnias y culturas de la tierra. La humanidad entera.
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La visita de los “magos de Oriente” es la escenificación de la acogida que los paganos dan a Jesús como Mesías. Una acogida que contrasta con el rechazo por parte de Israel, representado por sus autoridades.