COMENTARIO - REFLEXIÓN DOMINGO DE LA FESTIVIDAD DE LOS APÓSTOLES PEDRO Y PABLO

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Manolo Vida diócesis de Córdoba

FESTIVIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO (29 JUNIO)

1.-En toda relación de amigos, de pareja, etc., la pregunta ¿Qué significo yo para ti? es conveniente hacerse de vez en cuando, para descubrir quién es quién en la relación. Para estar en la verdad de lo que se espera del otro y poder resituar la relación adecuadamente.

Jesús pregunta, como buen pedagogo, primero sobre el sentir de la gente hacia su persona y después directamente a los propios discípulos ¿Quién decís que soy yo? Así dando una respuesta más directa y personal descubrirá el sentir de sus discípulos.

En nombre de todos Pedro responde con prontitud y claridad de fe: "Tú eres el Mesías"

  • Pedro por su parte captó el misterio de Jesús en sus palabras y gestos que ponen salud, perdón y vida nueva en la gente. Intuye que Jesús no es sólo el Mesías esperado. Es el «Hijo de Dios vivo». El Dios que es vida, fuente y origen de todo lo que vive.
  • Pedro en definitiva fue un hombre de fe: Es sobre esta fe sencilla, generosa, convencida, firme de Pedro sobre la Cristo quiere que se construya la Comunidad de los que quieran seguir su proyecto.
  • Pedro pertenece a esa categoría de seguidores sencillos de Jesús que viven con el corazón abierto al Padre. Esta es la grandeza de Pedro y de todo verdadero creyente.
  • Él es prototipo de los creyentes e impulsor de la verdadera fe en Jesús.
  • Este es el gran servicio de Pedro y sus sucesores a la Iglesia de Jesús.
 
2.-Y lo curioso que los evangelios no tapan: su cobarde negación de Jesús en el momento culminante de la pasión. Ni sus defectos, debilidades y pecado. «Dichoso tú… porque eso sólo te lo ha podido revelar mi Padre del cielo». Esas cosas las revela el Padre a los sencillos, no a los sabios y entendidos.
Jesús hace a continuación una promesa solemne: «Tú eres Pedro y sobre esta piedra yo edificaré mi Iglesia».
Jesucristo puso a Pedro al frente de su Iglesia después de su resurrección, según se describe en el Evangelio de Juan (Juan 21,15-17). En este pasaje, Jesús le dice a Pedro:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". Pedro le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te amo". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". Esta escena se repite dos veces más. Jesús le dice a Pedro que apaciente sus ovejas. Con estas palabras, Jesús está confiando a Pedro la responsabilidad de cuidar y guiar a sus discípulos, es decir, a la Iglesia.
La elección de Pedro como líder de la Iglesia establece la autoridad y el liderazgo en la comunidad cristiana.
  • La protección que Pedro debe brindar a la Iglesia.
  • la importancia de la unidad y la comunión en la Iglesia.
  • La Tradición Católica y el Papado
La autoridad de Pedro se transmite a sus sucesores, los obispos de Roma, los papas.
 
  1. Es Jesús mismo quien la edifica. La Iglesia nace de él, es suya. La Iglesia no la construye cualquiera
  • Sólo Jesús ocupa el centro. Sólo el, la edifica con su Espíritu. Pero Pedro invita a vivir abiertos a la revelación del Padre, a no olvidar a Jesús y a centrar su Iglesia en la verdadera fe.
  • Lo realmente importante de Pedro es su creer profundo y su amor incondicional a Jesús, desde lo íntimo de su corazón. El había dicho: ¿Señor a quien iremos? Solo tú tienes palabra de vida eterna.
  • "Vosotros, ¿quién decís que soy yo?". Sinodalmente Jesús nos sigue interpelando. Nos impulsa a ahondar en lo que realmente, él es para cada uno de nosotros. Sería interesante repasar nuestra personal historia de salvación. Lo que el Señor ha ido haciendo en mi a lo largo de mi vida. Así podremos descubrir un amor especial y específico hacia cada uno.
  • Los avances que he experimentado y descubierto sobre el Enviado del Padre que se encarna para liberarnos y salvarnos
  • En momentos tranquilos podríamos pararnos a pensar en la respuesta que daríamos ¿Quién es realmente Jesús para mí?
 

¿Quién soy yo para ti? Jesús,

Tú eres la palabra a proclamar,

 la verdad que debe ser dicha,

la luz que debe ser encendida,

 la vida que se debe vivir,

el amor que debe ser amado. Jesús,

Tú eres la alegría a compartir,

 la paz que se debe dar,

 el pan de vida que se debe comer.

Jesús, Tú eres el hambriento que debe ser sustentado,

 el sediento que debe ser saciado,

 el desnudo que debe ser vestido,

el sin casa que hay que acoger,

el solitario a quien se debe amar,

 el despreciado que debe ser acogido.

 (santa Teresa de Calcuta)