“NOSOTROS YA LO HEMOS DEJADO TODO Y TE HEMOS SEGUIDO”
Permitidme que centre la reflexión en el sugerente texto del Evangelio de este domingo (Mc 10,17-30) porque sintetiza el tema de las demás lecturas: La Palabra de Dios que es eficaz y tajante nos invita a que, por encima de la riqueza, la salud y la belleza, escojamos el don del seguimiento. Seguir a Jesús no sólo guardando todo lo que está prescrito o lo humanamente válido para convivir, sino también planteándonos el problema de los pobres que nos rodean, que son las opciones preferentes del Dios de Jesús.
Evangelio según Marcos (10,2-16)
En aquel tiempo, 2 se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba:
–¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?
3 Él les replicó:
–¿Qué os ha mandado Moisés?
4 Contestaron:
–Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.
5 Jesús les dijo:
LA DIGNIDAD DE CADA PERSONA
Creo que no puedo entender a aquellos que piensan y actúan con el convencimiento de que haya personas que puedan ser superiores en dignidad a otras por el color de la piel, cultura, religión, o que el hombre es superior a la mujer, pues desde la culminación de la creación del mundo (Gn 2,18-24) se subraya la igualdad y dignidad de ambos, “y vio Dios que era muy bueno” (Gn 1,31). Además, desde la muerte y resurrección de Jesús, no puede ser esto de otra manera, porque “por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos” (Hb 2,9-11). De aquí que, con el Salmo 127, hemos de pedir “que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida” para entender su proyecto sobre nosotros y poderlo poner en práctica en cada momento buscando el bien de toda persona.
Evangelio según Marcos (9,38-48)
En aquel tiempo, 38 dijo Juan a Jesús:
–Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.
39 Jesús respondió:
–No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí.
SI ME FALTA EL AMOR
Queridos todos los que seguís, domingo a domingo, este comentario: Seguro que habrán notado cómo, con relativa frecuencia, me sirvo de letras de cantos para dar título al texto comentado; o bien, utilizo frases de ellas para apoyar mi argumentación. Esto es así, por varios motivos. Entre ellos, porque me gusta la música, porque creo que a través de ella se dicen, se sienten y se viven infinidad de sensaciones, emociones y experiencias, además de que te invitan a la reflexión, a la oración y a la acción.
Pues bien, hoy me ocurre lo mismo, es otra letra de la canción “Si me falta el amor” que recoge el texto de 1ªCor 13 –Himno a la caridad-, la que puede apoyar la reflexión a la Palabra de Dios de este domingo y, quizás también, de los siguientes, porque las lecturas que escucharemos los domingos que nos quedan hasta el final del Ciclo Litúrgico B en el que nos encontramos, son concretas y exigentes, mostrando a un Jesús que en su caminar hacia Jerusalén, no para de instruir a sus discípulos y constantemente, se está revelando en lo que Él es y quiere de nosotros. Su pasión es el Reino de Dios: la acción y opción a favor de la vida para todo ser humano, venga de quien venga. Así, se aceptará a quien la defienda, o se recriminará a quien la desprecie y maltrate.
Evangelio según Marcos (9,30-37)
En aquel tiempo, 30 Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, 31 porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía:
–El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.
32 Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. 33 Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
–¿De qué discutíais por el camino?