Estudiar el Evangelio es estudiar a Jesucristo. Y estudiar a Jesucristo es irle conociendo cada vez más. Tenemos que conocer más y mejor a Jesucristo para hacernos más eficaces a la hora de seguirle. Más y mejor. Más de cerca. Hacernos más eficaces en dar a conocer a Jesucristo, como él se daba (y se da) a conocer. Más eficaces en conseguir que los pobres conozcan a Jesús, y a su vez le sigan y le amen.
El Evangelio-Jesucristo es, para A. Chevrier, como una casa que se convierte poco a poco en un hogar. En nuestro hogar. Uno puede descubrir un día una casa y darse cuenta de que es muy bonita. Puede incluso pararse y observarla con detenimiento por fuera. Fijarse en todos los detalles que la hace aparecer una gran casa. Volver una y otra vez al mismo sitio para contemplarla. Pero uno puede entrar. Se le aparecerán entonces tantísimos aspectos que desde la calle no se ven: las salas y habitaciones, la distribución interior, la vida que allí dentro ha palpitado o puede palpitar. Es posible incluso que llegue a comprar esa casa y viva en ella.
EVANGELIZAR A LOS POBRES, FUENTE DE ALEGRÍA Y ESPERANZA
INTRODUCCIÓN
La Asamblea del 2008 pretende que el conjunto del Prado de España viva la experiencia espiritual de que la evangelización de los pobres es fuente de gozo y esperanza. El itinerario realizado durante este curso nos ha introducido en la experiencia misma del Pueblo de Dios, desde estas cinco referencias: