Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona
En el Evangelio del próximo domingo encontraremos el diálogo entre Jesús y un hombre muy rico y que practicaba al pie de la letra todos los mandamientos de Dios. Encontraremos, también, la enseñanza de Jesús a los discípulos a propósito de las riquezas.
La actitud de presentarse ante Dios cargado de bienes y de méritos es como decirle a Dios que no se le necesita: ‘ya lo tengo todo, todo me lo he ganado, me he ganado bien la vida en este mundo y me he ganado la vida eterna. Me lo merezco: he trabajado mucho y he sido fiel cumplidor de la religión, incluso dando limosna. Dios no me hace ninguna falta’. En el fondo, esta actitud es una especie de ateísmo práctico, no reconocido como tal, en el cual la figura de un “dios”, que no es el Padre de Jesucristo, tapa la autosuficiencia sobre la que me he montado la vida.
Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona
Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona
En el pasaje evangélico del próximo domingo tenemos diversos temas. Uno es el de los sectarismos. Otro, muy importante, es el del escándalo a los pequeños, a los débiles.
Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona
Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona
El reconocimiento de Jesús como Mesías por parte de Pedro y los discípulos marca un cambio en el evangelio según Marcos. Durante un tiempo, los discípulos han visto la actividad y han oído la enseñanza de Jesús y ahora son capaces de reconocer quien es. Pero, paradójicamente, a partir de este momento Jesús les mostrará como es su mesianismo y lo conocerán de verdad.
Josep María Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona
En el pasaje evangélico de este próximo domingo, Jesús es contemplado como aquel que “todo lo ha hecho bien”; sus palabras y sus obras son reconocidas como liberadoras. Él es el auténtico liberador, el que pone bendición donde había maldición y libertad donde había esclavitud.
Lo que Jesús hace con el hombre es parecido a lo que hacían los curanderos de su tiempo. Jesús se desmarca de ellos: no busca el espectáculo y no dice palabras incomprensibles que den un tono mágico. Jesús le da un significado que va más allá de lo que aparece; pretende que la transformación que se produce sea más profunda que la curación física.